El agua y el territorio son dos elementos que construyen la identidad cultural de los pueblos en México y en América Latina.

Las luchas socioambientales que existen en diferentes territorios son producto de una política extractivista que impera sobre las organizaciones sociales en pro de un ecosistema sano y libre de violencia.

Amar y defender el territorio no es un crimen,

es dignidad, es cuidar la vida que nos sostiene.